Un documento que oculta un terrible secreto. Los dos hombres más peligrosos del mundo enfrentados. Un mensaje desde la tumba que vuelve todo del revés. Deathstroke contra Batman, no es solo una pelea, ¡es la lucha del siglo!
En Deathstroke contra Batman de DC Comics. Que Slade Wilson es un padre horrible no es ningún secreto. Un hijo muerto, otro mudo por su culpa, y una hija ilegitima que precisamente no le aprecia, son bastantes pruebas de ello. Pero es padre, y eso es importante para él. Bruce Wayne no supo que era padre, y cuando conoció a su hijo, éste era un odioso adolescente entrenado para ser un asesino despiadado. No ha sido fácil para él, pero ha tenido muchos pupilos para demostrar que es un buen progenitor. Aunque todos ellos hayan muerto en algún momento u otro. Ninguno de los dos es capaz de transmitir lo que sienten de forma abierta, lo intentan demostrar de otras formas, Deathstroke con un control obsesivo, Batman con un control obsesivo. Pero, ¿y si son padres del mismo hijo?¿y si ese hijo es Damian?
El planteamiento de Christopher Priest es sencillo, una competición para conocer la verdad, porque hay gato encerrado y demasiadas coincidencias. Pero si algo define a ambos, es que ni Batman, ni Deathstroke son fáciles de tratar, y para añadir problemas, sus métodos son completamente opuestos. Y eso lleva a un choque agresivo, metódico, y sobre todo, altamente adictivo. Diálogos rápidos y cortantes, giros de guion constantes, y sorpresas por doquier, eso es lo que espera al lector en este tomo.
Y Carlo Pagulayan sabe como hacer que esta carrera infernal sea divertida. Con peleas épicas y encontronazos violentos. Son superhéroes, no veremos improvisaciones estilísticas o arte figurativo, no, son una fuerza irresistible golpeando un objeto inamovible, y eso significa que saltan chispas. Acción pura, gestos pétreos, casi como si de una película de badass de finales del siglo pasado se tratara. Pagulayan deja claro que sabe transmitir fuerza, y contar la historia, porque no solo de puñetazos vive el héroe y hay un misterio que resolver: ¿quién es el padre de Damian?
Aunque estos personajes se han enfrentado en alguna otra ocasión, cuando Deathstroke fue creado por Marv Wolfman y George Pérez, no se movía mucho de la serie de los Titanes. Era un antagonista de los jóvenes héroes y un mercenario, los tipos en pijama no le interesaban. Con el tiempo acabo teniendo sus problemas con otros encapuchados, como por ejemplo Green Arrow, y formó parte de coaliciones contra los superhéroes. Pero en su concepción, Wolfman no creía que esto fuera lo de Slade. Por eso cuando se ganó su propio título, el guionista lo enfrento a espías, criminales y conspiraciones, mas que contra metahumanos con mallas coloridas.
BIENVENIDOS A LOS AÑOS 90
Para completar el tomo, ECC Ediciones ha añadido una historia de la serie de Deathstroke de 1992, en la que varios asesinos buscaban al mismo objetivo, en Gotham. Como ya se ha comentado, Slade Wilson evitaba a los superhéroes en su serie, pero si vas a casa del murciélago a montar jaleo, acudirá a darte lo tuyo. Muy interesante este arco, nunca publicado en España, que da idea de lo diferente que era el personaje en su planteamiento inicial, si lo comparamos con el actual.
Deathstroke es una de las series más potentes de DC comics actualmente, es compleja, llena de acción, bien escrita y bien dibujada, no se desperdicia ningún número, todos tienen algo que contar, y eso, para el canon actual de las colecciones, es muchísimo. Es la serie donde las demás series de tipos duros de toda editorial tendría que mirarse. Adictiva, entretenida e inteligente, todo lo que le puedes pedir a una serie de superhéroes.
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