Jennifer Lawrence nos regala una nueva gran interpretación como espía rusa en ‘Gorrión rojo (Red Sparrow)’
¡Sorpresa! Una película donde los americanos son los buenos y los rusos los malos. ¿Quién diría que esta es una película de Hollywood? Pero es que además los rusos no son interpretados por actores rusos… Son americanos, entre ellos una Jennifer Lawrence que hace un papel magnífico, poniendo un acento raro.
Ahora en serio, ‘Gorrión Rojo’ es una película de espías con argumento al uso, giros inesperados (o no tanto) y muchos engaños, que cumple de sobra con su cometido. Como decía Lawrence ofrece un papel muy sólido como espía con prejuicios, de hecho es lo mejor de una película en la que el resto de personajes se convierten en meros clichés: el malo malísimo, el espía de la CIA con corazón, el compañero envidioso, etc. Por eso sorprende ver un personaje femenino tan bien caracterizado, tan fuerte y bien definido, algo que agradecer en los tiempos que corren.
Sin querer destrozar el argumento valga decir que Lawrence es una exbailarina del ballet Bolshoi que reclutan para ser una espía y aunque tiene talento no termina de encajar con los métodos inhumanos que practican sus camaradas rusos. Dicho esto el espectador puede imaginar el resto: amoríos, engaños, dobles engaños, triples engaños… pero si se han fijado bien en ningún momento he dicho persecuciones o explosiones. Y es que esta película se centra en el factor psicológico de los personajes, atormentados, duros pero sensibles, torturadores y torturados. Y es en ese aspecto donde Gorrión rojo lo clava, dejando de lado la parte más espectacular del espionaje al que nos suele tener acostumbrados el cine mainstream para centrarse en ver un personaje de mujer que se debate entre el bien y el mal.
Las escenas realmente consiguen transmitir una tensión brutal en la que el espectador no deja de pensar en qué es lo que podría pasar y lo que no. Y aunque, como he dicho, por momentos es previsible, la mayor parte del tiempo el espectador no sabe por dónde van a salir los tiros, y la verdad que no importa. Aquí solo importa ver a la protagonista seduciendo (física y mentalmente) a unos y otros e imponiéndose al sistema patriarcal en las que los hombres de la película parecen pensar solo en las mujeres con un objeto sexual, como la vida misma.
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