Una guerra, un conquistador, un mundo de fantasía en otra dimensión, para Young Justice, es el lugar perfecto para montar una fiesta ¡Paso a los más jóvenes!
En Young Justice 2, mientras nuestros héroes descubren donde están y quienes son los malos, nosotros descubrimos como han llegado a meterse en este embrollo. ¿Lugar equivocado, momento equivocado? Es posible, pero eso no impedirá que hagan su trabajo, y de la forma más divertida posible.
La decisión de recuperar al grupo más joven de DC traía dudas consigo, ya existían unos Titanes, unos Jóvenes Titanes, los sidekicks ya tenían grupos y los que lo fueron también, resucitar un grupo que se componía de una generación que se comprendía entre ambas alineaciones era arriesgada. Pero Bendis no se amedrentó y buscó lo que el resto no veíamos claro, poner juntos a los que eran el núcleo del grupo, añadirles a algunos nuevos, y dejar que armaran escándalo, y funciona.
UNA HISTORIA DE REENCUENTROS
Cuando empezábamos, acompañábamos a nuestros chicos mientras volvían a reunirse, para disfrute y placer de Bart Allen, Impulso, que echaba de menos a la vieja banda. Ahora han aterrizado en un mundo extraño, y necesitan descubrir donde están, y lo que hacer para volver a casa. Y los nuevos añadidos a Young Justice aún tienen que probar su valía, y Teen Lantern buscarse un nombre mejor. Mientras, Robin lo pasa en grande y no sabemos nada del más grande ni del más pesado, Conner y Bart, Superboy e Impulso, se han encontrado, y si algo saben, es hacerse notar, démosles espacio y el agujero y los fuegos artificiales serán de órdago.
Esta aventura parece una reescritura del Mago de Oz o Alicia en al País de las Maravillas, con Mundo Gema de fondo y su guerra civil, pero eso no es lo principal ahora. Saber como han llegado hasta aquí, y no me refiero a físicamente, es una gran incógnita. Sus vidas por separado han dado muchos giros, y encontrarse de repente en Metrópolis y después en el mundo donde se perdió Superboy, es un paso en el proceso que empezaba mucho antes. Brian Michael Bendis empieza con Cassie, la que fuera el corazón del grupo (no, Bart era el espíritu rebelde y la locura adolescente), porque su vida no es la misma que tuvo antes de Flashpoint, y toca resolverlo. Con unas paginas y el recordatorio de su origen, Bendis deja claro el espíritu de su colección, estos héroes harán las cosas a su manera, las viejas formas pueden servir, pero la juventud se abre camino a empujones, y tiene que cometer sus propios errores y ganar sus batallas.
FUEGOS ARTIFICIALES PARA CELEBRAR LA SERIE
El dibujo de Patrick Gleason se adapta perfectamente a esta serie, dinámico, paródico a veces, y narrativamente va a mil por hora. Ya sabemos que abandona el título, pero hay que aprovechar para disfrutar un dibujo tan brillante y luminoso que saca una sonrisa al lector, que lo lleva en un rápido sprint a través de las páginas, y lo deja con ganas de mas al terminar el cómic.
Young Justice cumple con la máxima que se le exige a un cómic de superhéroes, no aburre, al revés, es una gozada para el lector. Con un ritmo endiablado, una estética joven y cinética, y sobre todo, con unos diálogos frescos e ingeniosos, es una colección que cada mes alegra la estantería de las librerías, y que nos retrotrae a esa adolescencia loca que todos recordamos, pero mejor, porque ellos tienen superpoderes. Una de esas series que mientras mantenga el nivel, es un gozo para los aficionados.
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