OBJETIVO: La tierra – Invasores extraterrestres
El cine de ciencia ficción siempre ha encontrado una fuente de inspiración en la posibilidad de que la tierra fuera invadida por extraterrestres
Desde el albor de los tiempos los seres humanos hemos mirado al cielo con fascinación. Los antiguos griegos ya dieron nombres a las constelaciones y a las estrellas, y en el siglo IV a.C. Aristóteles, discípulo de Platón, imaginó la Tierra como el centro de una jerarquía de esferas celestes concéntricas, desde las de la Luna y los planetas hasta las estrellas fijas, y mientras nuestro planeta estaba en constante cambio, la región de las esferas celestes cristalinas no se alteraba nunca. Y donde no hay movimiento no puede haber vida extraterrestre.
Durante toda la Edad Media se siguió pensando en el Universo en los términos descritos por el filósofo griego, y hubo que esperar hasta el siglo XVI para que Copérnico colocara al Sol en el centro del sistema de los planetas, reduciendo la Tierra a ser uno más de entre todos ellos. La revolución copernicana preparó el terreno a cosmologías mucho más articuladas y al planteamiento de una inquietante cuestión: si la Tierra era un planeta más, tal vez otros planetas también pudieran ser Tierras, y la vida que albergaba podría no ser un fenómeno aislado dentro del Universo. La defensa de la multiplicidad de mundos habitados le costó la vida a Giordano Bruno, a quien en 1600, el papa Clemente VII ordenó quemar en la hoguera por “hereje impenitente”.
También en ese siglo, Kepler lanzó la hipótesis de que la Luna podría estar habitada por criaturas inteligentes, los selenitas, que construirían sus casas en numerosas cavernas, lo que vendría confirmado por las observaciones del satélite hechas por Galileo Galilei con su telescopio. En 1686, Bernard le Bouyer de Fontenelle publicó Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos, donde sostenía que la vida pululaba por todo el Universo, aunque era diferente a la de la Tierra. Obviamente, estas ideas seguían entrando en conflicto con la de la doctrina cristiana, y hubo que esperar hasta el siglo XIX, cuando se empezó a hacer efectiva la separación entre religión y ciencia, para que la idea de la multiplicidad de mundos habitados enraizase profundamente en la conciencia occidental.
En el siglo XX, los avances astronómicos mostraron a nuestro sistema solar en la periferia de una de las numerosas galaxias de un universo enormemente vasto. Era necesario que todo el mundo aceptara que no éramos unos privilegiados y que la Tierra era uno más entre todos los mundos posibles. Por lo tanto, la vida extraterrestre dejó de ser una posibilidad para convertirse en una propiedad intrínseca del Universo, aunque ello no implicara que los extraterrestres hubieran llegado ya hasta nosotros. Pero podrían hacerlo en cualquier momento y de ser así, nadie podría saber a ciencia cierta cuáles serían sus intenciones.
El cine, siempre buscando explorar nuevos territorios, ha resuelto muchas de estas dudas, mostrando de diferentes formas cómo podrían ser esos contactos entre los humanos y los aliens. De hecho, ya en los inicios del cine, en 1902, Georges Méliès unió el cine con la magia para fascinar a los espectadores de la época con su Viaje a la luna y su inolvidable e icónica escena del cohete tripulado por científicos terrestres aterrizando en el ojo de nuestro satélite, de donde finalmente acaban siendo expulsados por los pequeños selenitas. Desde entonces ha habido diferentes categorías de contacto, desde las formas de vida simples, tipo virus, que se apoderarían de los cuerpos y las mentes de los terrícolas sin llamar demasiado la atención hasta las escandalosas razas guerreras que atacarían nuestro planeta con su superavanzada tecnología. Otros estarían de paso bien para conseguir recursos, información o simplemente les gustaría la Tierra y decidirían quedarse. Algunos tendrían una avería en sus vehículos intergalácticos y tendrían que quedarse hasta encontrar un medio de volver a casa.
Virus
La amenaza biológica espacial es una vía que se inició con ‘El experimento del doctor Quatermass (Val Guest, 1955)’ donde un grupo de astronautas vuelven a la tierra con algo que al contactar con los seres humanos hace que estos muten y se transformen. En 1957, en ‘El Experimento Del Dr. Quatermass 2’, del cielo caían más objetos con un gas alienígena que afectaba a la gente, mientras el Dr. Quatermass descubre una tapadera del gobierno que intenta silenciar el asunto. Se hizo un tercer film y una serie de películas para televisión y series sobre el intrépido doctor como ‘The Quatermass Conclusion’ o ‘El Experimento de Quatermass’ (Sam Miller, 2005).
En 1956, Don Siegel rodó una de las películas más míticas de la historia del cine: ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, donde unas esporas entraban en la atmósfera haciendo que los seres humanos se quedaran atrapados en unas vainas gigantes donde se formaban unas réplicas perfectas de ellos, pero sin sentimientos. Hubo varios remakes como ‘La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978)’, la fallida ‘Secuestradores de cuerpos (Abel Ferrara, 1993)’ o ‘Invasión’, (Oliver Hirschbiegel en 2007) y protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig.
En ‘The Blob (Irvin Yeaworth, 1958)’, un alien similar a una ameba llega a nuestro planeta en el interior de un meteorito y comienza a alimentarse de humanos, creciendo hasta un tamaño gigantesco y sembrando el caos en la pequeña comunidad de Downington, Pennsylvania.
Y es que es lo malo de los meteoritos, que pueden llevar “sorpresa”, y que si aterrizas en ellos para volarlos antes de que colisionen con la Tierra corres el peligro de dejar suelto por tu estación espacial un extraterrestre con forma viscosa capaz de mutar en múltiples monstruos con tentáculos y un solo ojo como en ‘Batalla más allá de las estrellas (The green slime. Kinji Fukasaku, 1968)’.
Aunque peor son las esporas espaciales que contengan acido letal como en ‘Contaminación (Luigi Cozzi, 1980)’ donde las agencias gubernamentales tendrán que resolver el asunto antes de que la raza humana sea llevada hasta la extinción.
En la entrañable y desquiciada ‘Xtro (Harry Bromley Davenport, 1982)’, un hombre corriente es abducido para volver tres años después albergando un maligno alien en su interior.
En ‘La mujer del astronauta (Rand Ravich, 1999)’, protagonizada por Johnny Depp y Charlize Theron se ve cómo un astronauta vuelve a la Tierra de una misión totalmente cambiado, por lo que su mujer decide averiguar qué ocurrió en los minutos durante los cuales su nave espacial quedó incomunicada.
En 2001 el gran Ivan Reitman nos mostró en ‘Evolution’ cómo un meteorito traía a la Tierra vida extraterrestre que iba evolucionado a una velocidad increíble atacando a la población local, solo pudiendo ser detenidos por el Dr. Ira Kane y el profesor Harry Block.
Uno se los supervillanos más famosos del Universo Marvel es ‘Venom’ un ser alienígena de forma licuosa negra que entra en la Tierra dentro de una nave espacial. Es un simbionte que al unirse a un ser humano le da poderes, pero también le acaba controlando.
Invasión
En 1938 uno de los mejores cineastas de la historia, Orson Welles, retransmitió por la radio la novela La guerra de los mundos, de H.G. Wells. El realismo fue tal que creó una confusión enorme entre los habitantes de New Jersey, ya que era allí donde se suponía que había comenzado una invasión extraterrestre. La novela también tuvo su versión en la gran pantalla y en 1953 Byron Haskin filmó una película que ganó un Oscar por sus efectos especiales. En ella las naves invaden la Tierra matando a los seres humanos sin compasión, hasta que los virus y bacterias de nuestro planeta acaban con sus ansias de conquista. El remake tuvo que esperar hasta 2005, cuando Steven Spielberg hizo un infumable producto que solo superaba a la versión antigua en los efectos especiales, además de utilizar el aspecto de los extraterrestres para ‘Indiana Jones: El reino de la calavera de cristal’: sencillamente idénticos.
También en 2005 Timothy Hines hizo su versión de ‘La guerra de los mundos’, una película independiente que a pesar de su bajo presupuesto se hizo famosa por ser la versión más fiel y representar con mayor exactitud la novela de Wells.
En 1951, en plena Guerra Fría, Robert Wise realizó la pionera ‘Ultimátum a la Tierra’, en unos momentos en los que apenas había comenzado la invasión de extraterrestres que poblarían las pantallas de cine durante la década de los 50. Klaatu es un ser que llega a la Tierra custodiado por su robot, Gort, para recordar y devolver a los humanos su propia humanidad en un momento histórico en el que la civilización amenaza con autodestruirse. Klaatu viene a salvarnos de nuestra estupidez, incluso aunque para ello tenga que amenazar a los terrestres con la destrucción del planeta. Sorprendentemente, Klaatu es idéntico a nosotros, aunque cuente con una tecnología que le hace prácticamente invulnerable, inmortal, lo que deja la puerta abierta a pensar que, además de un extraterrestre con el poder de cambiar su aspecto a voluntad, también pueda ser un visitante de nuestro propio futuro. El innecesario remake de este clásico fue estrenado en 2008, protagonizado por un Keanu Reeves que se pasa los 104 minutos que dura el film poniendo cara inexpresiva como si de un gato de escayola se tratara, así que lo único destacable es la maravillosa escena del duelo matemático entre Klaatu y el científico.
Dicen los que entienden que una de las peores películas de la historia del cine es ‘Plan 9 del espacio exterior (Plan 9 From Outer Space)’, dirigida en 1959 por el mítico Ed Wood, considerado a su vez uno de los peores directores de la historia de la industria cinematográfica. En ella, los extraterrestres ponen en marcha el Plan 9, consistente en resucitar a los muertos para castigar a la Humanidad por sus errores. Miedo no da: se ven los hilos de los platillos volantes y Bela Lugosi aparece incluso después de muerto, pero no tiene rival como experiencia grupal y festiva, y hoy en día es considerada un clásico de la serie B, homenajeada por Tim Burton en ‘Mars Attacks! (1996)’. Como también lo es otra película de bajo presupuesto, más reciente, con la que dio sus primeros pasos tras la cámara un joven neozelandés llamado Peter Jackson. En ‘Mal gusto (1986)’, unos extraterrestres llegan a la Tierra con la intención de convertir a sus habitantes en hamburguesas. Una de las cumbres del gore más hilarante y el título de cabecera para cualquier adolescente que desee iniciarse en el género.
Siguiendo con películas absurdas con la invasión como temática, debemos mencionar a ‘Killers Klowns from Outer Space’, dirigida en 1988 por Stephen Chiodo, donde un grupo de extraterrestres llegan a la Tierra para alimentarse con humanos, tomando para ello la apariencia de payasos y ocultando su nave espacial bajo la forma de una gran carpa circense.
John Carpenter no podría ser menos y ese mismo año estrenó ‘They live’, en la que un hombre encuentra unas extrañas gafas con las que puede ver cómo son las personas en realidad, descubriendo así que un alto político es un alien y cómo éstos pretenden convertirnos en una raza de esclavos mediante mensajes subliminales, en una auténtica crítica a la sociedad consumista de la época.
La saga ‘Critters’, iniciada en 1986 por Stephen Herek, dio mucho juego, y es que estos pequeños invasores en forma de pelota peluda que lanzan dardos envenenados protagonizaron hasta 4 películas, cada una de ellas peor que la anterior.
En 1996, Roland Emmerich firmó una de las películas más taquilleras de la historia: ‘Independence Day’, una superproducción protagonizada por Will Smith a medio camino entre el cine de catástrofes y la arenga patriótica, en la que una buena parte de los 75 millones de dólares del presupuesto se gastó en escenificar la destrucción de Los Ángeles, Washington y Nueva York por parte de la inmensa flota de unos extraterrestres como Dios manda: feos, malos y tecnológicamente avanzados, la película contó con una secuela en 2017. Ese mismo año, Tim Burton homenajeó a las películas de invasiones extraterrestres de los años 50 en su ya mencionada ‘Mars Attacks!’, el reverso cínico de ‘Independence Day’, una gamberrada en la que se puso del lado de los extraterrestres cabezones, criaturas sin moral y con mucho sentido del humor que se mueven como los esqueletos animados del gran Ray Harryhausen para aniquilar la forma y el fondo del capitalismo antes de ser derrotados por la ridícula canción country de Slim Whitman.
En los años 90 del pasado siglo, la exitosa serie de televisión ‘Expediente X’ hizo que todo el mundo se familiarizara con las cosmogonía OVNI, que venía siendo elaborada desde que el 24 de junio de 1947, el piloto Kenneth Arnold notificara su avistamiento de una flota de lo que los medios llamaron “platillos volantes” volando sobre Mount Rainier, en el Estado de Washington. Su línea argumental fundamental consistía en la colonización encubierta de la Tierra por parte de los extraterrestres, introduciendo un virus al que sólo los clones alienígenas son inmunes. Todo ello contando con la complicidad del gobierno de Estados Unidos, a cuyas intrigas debían enfrentarse los agentes Fox Mulder y Dana Scully. La aparición de la película era inevitable: se tituló ‘Expediente X: enfréntate al futuro (1998)’, costó 63 millones y demostró ser una buena inversión, recaudando cerca de los 200 millones.
En el año 2000 se estrenó ‘Campo de batalla: La Tierra’, de Roger Christian, producida y protagonizada por John Travolta y basada en una novela de L. Ron Hubbard, el polémico creador de la iglesia de la Cienciología. En ella, un joven rebelde desafía el poder de los invasores psychlos y en un desolado planeta, consigue levantar a los esclavizados humanos contra sus opresores y conducirlos a la victoria.
Después de asombrar al mundo con blockbusters como ‘El sexto sentido’ y ‘El protegido’, el director indio M. Night Shyamalan estrenó en 2002 ‘Señales’, una película donde un granjero interpretado por Mel Gibson sufre el vandalismo de los extraterrestres que hacen marcas en su plantación de maíz que servirán como balizas de navegación para guiar a la flota invasora.
En 2004, los vogones destruyeron nuestro planeta con un objetivo ciertamente original: construir una autopista espacial. Nos referimos, claro está, a la nada recomendable ‘Guía del autoestopista galáctico (Garth Jennings, 2005)’. En 1994, Donald Sutherland se puso a las órdenes de Stuart Orme para protagonizar ‘Alguien mueve los hilos’, un film de bajo presupuesto donde los aliens invadían la Tierra y usaban a los humanos como marionetas.
‘Agente Alien’ (Jesse Johnson, 2007) es de esas películas que no dejan mucha huella pero que siempre resultan interesantes de ver. En ella descubrimos que el agente que tiene que hacer frente a una fuerza invasora, en realidad tampoco es humano.
El problema de ir a un supermercado es que puedes quedarte atrapado por una invasión alienígena en toda regla, como ocurre en ‘La niebla (Frank Darabont, 2007)’, donde un experimento fallido del gobierno abre una puerta interdimensional por la que entran en nuestro planeta unos horrendos seres venidos de quién sabe dónde, o en ‘Alien Raiders (Ben Rock, 2008)’, donde unos pueblerinos resisten a los invasores entre el pasillo de las verduras y la caja registradora.
‘Alien Invasion (Albert Pyun, 2005)’ pretendió ser una especie de falso documental grabado con la cámara del coche de un policía acerca de la transformación de los habitantes del pueblo californiano de Lawton en unas espantosas criaturas sedientas de sangre por obra y gracia de algún tipo de virus o espora alienígena que llega a la Tierra durante una lluvia de meteoritos. Aunque se trate de un film de bajo presupuesto dirigido por alguien tan casposo como Puyn, no puede negársele la efectividad de su planteamiento, aunque utilizar un solo plano a lo largo de toda la película le resta credibilidad y puede llegar a aburrir.
Los estudios Dreamworks, creadores de títulos tan inolvidables como ‘Shrek’, ‘Madagascar’ o ‘Cómo entrenar a tu dragón’ realizaron en 2009 ‘Monster vs Aliens’, dirigida por Rob Letterman, donde la Humanidad tiene que ser rescatada por unos simpáticos monstruos de la invasión de un solo extraterrestre que se divierte clonándose.
Donde no parecen encajar demasiado los aliens es en el Oeste, como pudimos comprobar en ‘Alien Attack (Kristoffer Tabori, 2009)’. Y si hacemos caso a las críticas, el extraño crossover tampoco ha resultado en ‘Cowboys & Aliens’, todavía no estrenada en nuestro país, protagonizada por Harrison Ford y Daniel Craig y dirigida por el irregular Jon Favreau, que hace peliculones como ‘Iron Man’ y luego nos defrauda con ‘Iron Man 2’. Parece ser que el pobre hombre no sabía dónde meterse cuando a finales de noviembre pasaron el tráiler en un cine de Santa Mónica y la platea estalló en una sonora carcajada.
Uno de los mejores directores actuales, Richard Kelly, nos mostró en 2009 un siniestro juego que se llevan los extraterrestres infiltrados en la Tierra para controlarnos en The box (2009) protagonizada por Cameron Diaz y James Marsden.
2010 y 2011 son años que recordaremos por ver a la Tierra siendo atacada por seres venidos del espacio exterior. En ‘Skyline’, de Colin y Greg Strause, la invasión se centra en las abducciones masivas hacia las naves invasoras. La mayor parte de la acción se desarrolla en un edificio de Los Ángeles donde una joven pareja lucha por evitar ser capturados por las monstruosas criaturas que recorren la ciudad en busca de cualquier humano que haya logrado escapar al asalto inicial. En febrero llegará a nuestras pantallas ‘Batalla en L.A.’, de Jonathan Liebesman, de la que dicen ser una mezcla de ‘Black Hawk derribado’ e ‘Independence Day’.
Recursos o asilo:
Pero no todos los extraterrestres son malos, y también hay algunos con objetivos más nobles que acabar con nuestra especie o esclavizarnos. Unos quieren conocernos y ver cómo nos comportamos, otros llegaron por casualidad y no saben volver, y otros simplemente no quieren regresar a su planeta.
En ‘Encuentros en la tercera fase (1977)’, Steven Spielberg filmó la cita a ciegas entre doce apóstoles de la Humanidad y los extraterrestres en la Torre del Diablo de Wyoming como una experiencia religiosa, apoyada por el mantra musical de cinco notas compuesto por John Williams. Spielberg quería reivindicar que existe algo más allá de lo visible, más allá de las estrellas, y que podemos creer en los Ángeles de la Guardia, aunque éstos viajen en la espectacular nave nodriza diseñada por Douglas Trumbull. Y lo consiguió, aunque para ello tuviera que suavizar el peligro de la intervención gubernamental. Spielberg y Carlo Rambaldi crearon la imagen iconográfica del alienígena posmoderno: un ser menudo, espiritualizado, imberbe, cabezón, de color gris pálido, sin mentón y con ojos enormes, pero además Encuentros en la tercera fase dio a los millones de espectadores que la vieron en todo el mundo una explicación al por qué nunca conseguíamos ver a Nuestros Hermanos del Espacio: todo era una conspiración del gobierno estadounidense. También en ‘Cocoon (Ron Howard, 1985)’, ganadora de dos Oscars, un grupo de viejecitos entabla una relación con benévolos seres extraterrestres que les ofrecen el secreto de la juventud. En ‘Nuestros maravillosos aliados (Matthew Robbins, 1987)’, unos pequeños platillos voladores ayudan a los residentes de un bloque de apartamentos amenazados de demolición a luchar contra los especuladores.
‘Distrito 9’ (Neill Blomkamp, 2009), es una entretenidísima película en la que unos seres del espacio con cara de gamba gigante con patas, después de que se averíe su nave nodriza, son confinados por los humanos en el peor barrio de Sudáfrica como si un campo de concentración se tratara. Los aliens no quieren invadir sino solo sobrevivir, igual que en ‘Alien Nation’ (Graham Baker, 1988), que después se convirtió en una serie para televisión, donde los extraterrestres convivían con los humanos. Incluso el protagonista era un policía alienígena que trabajaba con los terrícolas para mantener a raya a los suyos ¿Quién no recuerda las escenas donde los aliens se emborrachaban con leche agria? En ‘Monsters (Gareth Edwards, 2010)’, las criaturas extraterrestres han quedado confinadas en una franja situada entre la frontera de México y la de Estados Unidos, que se ha convertido en una especie de Territorio Comanche, propicio para la explotación despiadada por parte de avariciosos empresarios.
En ‘Atrapado en un pirado (Brian Robbins, 2008)’, un grupo de extraterrestres con apariencia humana pero diminutos llegan a la Tierra en una nave también de forma humana, esta vez a tamaño real. Eddie Murphy era el protagonista, siendo a la vez el comandante y la nave. La película es tan mala como la traducción del título.
Unos extraterrestres encantados con la vida en la típica urbanización de unifamiliares norteamericana son ‘Los Caraconos (Steve Barron, 1993)’, que llegaron a nuestro planeta simplemente para recoger información pero que, fascinados por el American Way of Life, decidieron quedarse.
Los protagonistas de ‘La montaña embrujada (Andy Fickman, 2009)’ son unos niños con superpoderes enviados a la Tierra que deben escapar de la persecución de una malvada agencia del gobierno con la ayuda de un supertaxista de Las Vegas. Estas agencias gubernamentales ultrasecretas encargadas de protegernos de los expedicionarios extraterrestres fueron conocidas por el gran público gracias a ‘Men in Black (Barry Sonnenfeld, 1997)’, donde Will Smith y Tommy Lee Jones se dedicaban a detener a los aliens camorristas o sin papeles. Tuvo una segunda parte totalmente innecesaria, e incluso se habla de la preparación de una tercera, que esperemos que supere a su antecesora (lo cual no sería tampoco demasiado difícil). En Soy el número cuatro, de D.J. Caruso, que se estrenará este año, un adolescente extraterrestre debe cambiar constantemente de identidad y lugar de residencia para ocultarse de un asesino enviado por los malvados mogadorians para eliminar a los nueve supervivientes de su planeta. Tres ya han muerto…
Perdidos:
En 1982 Steven Spielberg hizo llorar a niños y mayores con ‘E.T, el extraterrestre’, una entrañable película en la que un diminuto e inofensivo alienígena, accidentalmente abandonado por los suyos, es tomado bajo la protección de Elliott, un niño de 10 años, quien con la ayuda de sus hermanos, le ayudará a contactar con sus congéneres para que le recojan y le devuelvan a su planeta. Su exitosa fórmula, que le hizo ganar cuatro Oscars, fue repetida en la inmensamente popular serie televisiva ‘Alf (1986)’ y ‘Mi amigo Mac (Stewart Raffill, 1988)’. En ‘Starman (John Carpenter, 1984)’, un extraterrestre cuya nave ha sido derribada aprende el significado del amor humano mientras intenta regresar a casa después de asumir la apariencia del difunto marido de una joven. Este año podremos ver Paul, de Greg Mottola, un alien respondón y grosero que escapa de la base militar durante ha estado confinado durante 60 años.
La amenaza extraterrestre siempre está presente. De hecho, la ONU ha designado a una embajadora, la astrofísica Mazlan Othman, por si en un futuro se produjera el contacto con los alienígenas. Imaginamos que le pagarán un buen sueldo por, de momento, no hacer nada. Con noticias como ésta, la pregunta que nos hacemos no es tanto si hay vida inteligente en otros planetas, sino si la hay en nuestro querido Planeta Azul…
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