Crítica de ‘Big Little Lies’: Cinismo, enigmas y la podredumbre de los días

Crítica de ‘Big Little Lies’: Cinismo, enigmas y la podredumbre de los días

‘Big Little Lies’ (HBO) es una de las grandes series de este 2017. Protagonizada por Nicole Kidman, Shailene Woodley y Reese Witherspoon

Hoy vengo a hablaros de ‘Big Little Lies‘, uno de los grandes estrenos de HBO. Y probablemente del año a nivel televisivo. Disponible también en HBO España. Antes de entrar en materia subjetiva, os cuento de qué va esta serie de televisión. ‘Big Little Lies‘ es una miniserie de 7 episodios (al menos en su origen). Está basada en el superventas homónimo de Liane Moriarty. El creador de la serie es David E. Kelley (‘Goliath’). Aunque la mano que dirige los episodios es la del prestigioso Jean-Marc Vallée (‘Dallas Buyers Club’). Pero, ¿de qué va exactamente la serie?

Podríamos decir que ‘Big Little Lies‘ es un thriller vestido de drama pero con tintes de comedia negra. Está protagonizado por tres mujeres: Madeline Martha Mackenzie (Reese Witherspoon), Celeste Wright (Nicole Kidman) y Jane Chapman (Shailene Woodley). Los hijos de estas tres madres van a un jardín de infancia, pero se ven envueltas en turbios problemas: la infidelidad, la violencia doméstica y el acoso escolar. Ese sería, básicamente, el punto de partida. Pero, ¿qué más podemos encontrarnos?

‘Big Little Lies’ juega a un juego de tres bandas. Por un lado, la exposición de la podredumbre de los días humanos; por otro, el enigma del crimen. Y, por último, el cinismo de criticar a la clase alta

Como he mencionado previamente, ‘Big Little Lies‘ es un cóctel de géneros muy interesante. Desde luego que es un drama, porque lo es. Pero el telón de fondo en el que se mueven los personajes es un asesinato del que no sabemos ni la identidad del asesino, ni la identidad del asesinado. Por lo que es un thriller que mantiene la intriga mientras desgrana la trama. Sin embargo, el tono de la serie de televisión está extraordinariamente bañado de comedia negra. Un humor perverso y cruel. Fascinante. No tan duro como el de ‘Sightseers‘ (2012).

‘Big Little Lies‘ es, por otro lado, una crítica mordaz a las “altas esferas“. No nos referimos con esto a políticos de renombre o a los individuos que gobiernan las sociedades occidentales en las sombras. Esos que están hundiendo nuestra civilización a base de corrupción y mala baba. Nos referimos a los estamentos más altos de las capas sociales. La clase alta, por decirlo de alguna manera. En la redacción hemos llegado a describir ‘Big Little Lies‘ como “una mezcla entre ‘The O.C.‘ y ‘Broadchurch‘”. Pero es muy interesante tener todos esos elementos en una misma coctelera. Por un lado, la exploración del alma humana y los dramas que nos acompañan en este viaje por la podredumbre de los días; por el otro, la intriga de saber qué ha sucedido en realidad en ese telón de fondo de violencia con un asesinato que hace las veces de enigma. Y, por último, el cinismo y el humor negro para vilipendiar al globo de la pompa.

Un reparto de lujo con unas interpretaciones a la altura. La base de una serie de televisión que apunta a ser lo mejor del curso

Si tenemos en cuenta todo lo mencionado previamente hasta esta línea, el éxito de ‘Big Little Lies‘ se iba a basar, prácticamente en su totalidad, en las interpretaciones de sus actores. Y sí. Si el reparto es un lujazo enorme (a las tres protagonistas hay que añadir a Laura Dern, Alexander Skarsgard o Adam Scott, entre otros), el trabajo de los actores es, sencillamente, extraordinario. Sublime. La mayor sorpresa me la he llevado, personalmente, con Shailene Woodley. Después de verla en la serie ‘Divergente‘, es reconfortante ver la capacidad que tiene la actriz para demostrar por qué ha llegado al lugar en el que está. Para valorarla muy seriamente de cara al futuro.

En cuanto al resto del material, el guion es fabuloso. No he tenido la suerte de leer el libro, aunque ahora me da curiosidad. Si valoramos lo que es el audiovisual -es decir, no la adaptación- los tiempos y el ritmo en cada episodio hacen que la trama avance de manera orgánica. No hay contratiempos, ni tampoco vaivenes. Todo lo que está, está porque la trama lo pide. Buenas interpretaciones, un gran guion y una soberbia dirección. Con una banda sonora (ese opening con “Cold Little Hearth” es para quitarse el sombrero; la dejo al final del post) y una fotografía fascinantes. En definitiva… Una serie muy recomendable. ‘Big Little Lies‘ es, junto con ‘Taboo‘, de lo mejorcito de 2017. ¡Así que dadle una oportunidad si tenéis dudas!

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